Aunque a primera instancia parecería una cuestión meramente ideológica, el sueño americano tiene un impacto práctico en el mundo y en personas que con la idea de alcanzar ese sueño, se aventuraron a la tierra prometida: Estados Unidos de Norte América. Muchas personas crecimos con la idea de que si trabajas duro y te esfuerzas ciento diez por ciento podrás lograrlo todo lo que te propongas. Esta idea se ha vuelto una premisa incuestionable entre muchas personas. “Piensa positivo y con esfuerzo va a salir”, “No hay imposibles”, “Just do it” son frases aspiracionistas que escuchamos constantemente y que apelan a la esencia del sueño yanki. Todas ellas tienen un deje de lo que fue y sigue siendo el sueño americano.
¿Qué es el sueño americano?
El sueño americano es la cosmovisión estadounidense que emergió de los colonos ingleses en su intento de persuadir a otros compatriotas de que se aventuraran a colonizar la tierra de los indígenas que habitaban lo que hoy son los Estados Unidos de Norte America. Es el ethos y eje central de la cultura estadounidense.
La historia oficial, o sea, la historia eurocentrista, cuenta que el sueño americano surge del intento de los ingleses de persuadir a otros compatriotas para habitar y desarrollar la civilización en el que elos creían que era el nuevo continente. En esta historia, los colonizadores intentaban convencer a sus conciudadanos de que el nuevo continente era una tierra de abundancia, oportunidades y el destino de todos aquellos que querían hacerse de riquezas mediante el trabajo. Esta idea se ha mantenido y sigue teniendo un impacto considerable en muchas personas, lo queramos o no.
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El sueño americano consiste en que todas personas cuentan con igualdad en oportunidades para lograr lo que quieren, siempre y cuando pongan suficiente dedicación y esfuerzo en su empresa. Esto es posible, según este ideal, gracias a que la democracia, los derechos civiles, la libertad, la igualdad y las oportunidades rigen la vida pública y privada de sus habitantes. De tal forma, si uno quiere comenzar un negocio, gracias a que se vive en un país democrático, libre, que respeta las garantías individuales y civiles, uno podrá lograrlo. Pero como dice Calderón de la Barca, los sueños, sueños son. Este ideal, como muchos otros ideales, pierde de vista condiciones estructurales y contextuales.
El sueño americano es un sueño, y los sueños sueños son
Los ideales como la democracia, los derechos civiles, la libertad, la igual y las oportunidades que supuestamente rigen la vida pública y privada en los Estados Unidos, en ocasiones brillan por su ausencia o simplemente son selectivos. No hace falta realizar una investigación a profundidad para darse cuenta que una democracia no es tal cuando solamente hay dos partidos con opciones reales de ser electos. Que los derechos civiles son más válidos para personas blancas y de clase media y alta, véase la crisis de violencia policiaca en contra de la población negra en diferentes partes de Estados Unidos. Que la libertad se ejerce en la posibilidad de elegir entre quince tipos diferentes de café y no en la forma de vida, cultural, económica y política que las comunidades desean y les son más convenientes.
Tampoco hace falta una investigación a profundidad para darse cuenta que al hablar de igualdad, se habla de una especie de igualdad como la igualdad que quedó al final de la rebelión en la granja, una igualdad en la que sí, en efecto, todas las personas son iguales, pero hay algunas personas que son más iguales que otras. Para ello, podemos echar un vistazo a las minorías, digamos inmigrantes o comunidades indígenas, y preguntar qué tan igual es el trato, las oportunidades y los derechos civiles para ellos y ellas. Y basta con voltear a los ejemplos anteriores para darse cuenta que las oportunidades están condicionadas por las condiciones socio-económicas, es decir, las oportunidades no son para todos y todas.
Por poner otro ejemplo, la competencia entre uno o varios productores locales de semillas y un Monzanto nunca será democrática, justa, libre, equitativa y en mismas condiciones de oportunidad. Esto rompe con la idea de que el sueño americano es para todas aquellas personas que quieran alcanzarlo mediante su trabajo. En ese sentido, como diría el comediante George Carlin respecto a este sueño: tienes que estar dormido para creerlo.
El sueño americano se puede sintetizar en la idea de movilidad social. Es decir, la mejoría personal en términos sociales y económicos. Esto implica la superación de uno mismo, superarse sobre los demás, ser mejor que los demás y triunfar sobre ellos. En este sentido, el sueño americano enseña que ese ser mejor es serlo en relación a los demás, promobiendo la competencia desenfrenada y tóxica en vez de la cooperación y construcción de futuros comunes.
El sueño americano en práctica
Más allá de todo cuestionamiento teórico y crítico, la realidad es que hay muchas personas que se han lanzado en búsqueda del sueño americano. La migración de centro y Sudamérica hacia los Estados Unidos es algo que pasa y que está ahí. El sueño americano es seductor y muchas personas arriesgan todo con tal de llegar al país de las barras y las estrellas. Muchos se quedan en el camino y muchos otros desaparecen en manos del crimen organizado de Centroamérica y México. Los que lo logran, están ahí. Muchos, ya sea que tengan o no una tarjeta de residencia, no corrieron con la suerte de vivir ese sueño y se tienen que enfrentar a problemas reales. Por ello, más allá de la crítica, y en línea con lo que escribimos en Sindinero, es mejor buscar soluciones a los problemas concretos.
Además de problemas culturales, las personas que llegan a los Estados Unidos en búsqueda del sueño americano también se enfrentan con problemas institucionales que hacen difícil cubrir necesidades básicas. Esto sin mencionar que las mismas instituciones y compañías abusan de esta situación. Por ejemplo, muchos allegados, por falta de papeles, no pueden tener acceso a servicios financieros básicos como una cuenta de banco. Ligado a ello, las personas pueden encontrar dificultades para contratar servicios, así como para pedir una hipoteca o un préstamo. No se diga tampoco las dificultades que hay que enfrentar cuando sus hijos quieren ir a la universidad.
Abrir una cuenta bancaria en Estados Unidos
Como se mencionó, la opción de acudir a un banco para abrir una cuenta bancaria puede ser difícil si no se cuenta con los papeles necesarios. Una opción para ello son las tarjetas de prepago. Esta opción permite a las personas tener una cuenta de banco con una tarjeta de crédito prepagada. A su vez, da la oportunidad de guardar el dinero de forma más segura.
La desventaja de la opción anterior es que es necesario que el dinero sea depositado en la cuenta mediante una transacción, es decir, no hay bancos a los cuales se pueda depositar el dinero. Por otro lado, una de las ventajas de las tarjetas de prepago es que te permiten enviar dinero entre países, resultando más barato que hacerlo a través de WesternUnion. Ejemplos de estas tarjetas son Revolut, Viabuy, o Neteller
Préstamos personales en Estados Unidos
Los bancos tradicionales han cerrado las puertas a muchas personas que por diferentes circunstancias no cumplen con los requisitos para pedir un préstamo. Esto ha dado pie a que otros actores financieros aprovechen la situación y ofrezcan productos a los distintos grupos de personas que no tienen acceso a servicios financieros. Es por ello que existen varias formas de pedir un préstamo en Estados Unidos. En el link puedes encontrar algunas alternativas. Sin embargo, cabe decir que las opciones no son muchas si no cuentas con ciertos papeles. Esto nos hace cuestiona, de nuevo, si el sueño americano ofrece igualdad de oportunidades para todos.
Préstamos estudiantiles en Estados Unidos
En Estados Unidos el 70% de los estudiantes tienen que recurrir a préstamos para pagarse la universidad. Esto se debe a la escasez de universidades gratuitas y a la comercialización de la educación. De nuevo, cabe preguntar con motivo del sueño americano, si las oportunidades son iguales para todos. En la página de Préstamos estudiantiles en Estados Unidos podrás encontrar algunos consejos sobre dónde y cómo pedir un préstamo, así como información acerca de cómo pagar el préstamo.
El despertador del sueño Americano
En idea, el sueño americano es algo deseable. Qué mejor que todos tengamos las mismas oportunidades, que las garantías civiles se apliquen de facto a todas las personas sin importar su color, estatus social, económico o cultural, que todas las comunidades puedan elegir a sus representares de manera efectiva, y que nuestras libertades sean libertades trascendentales. Sin embargo, también hay que tener en cuenta que las condiciones en las que nos encontramos juegan un papel crucial en nuestras opciones. No todas las personas que vemos que aparentemente han logrado el sueño americano es porque lo hayan hecho mediante su arduo trabajo. La suerte juega un papel determinante. Por ello es recomendable estar atento y no dejarse llevar por ese sueño americano. Es recomendable tener los pies en la tierra y hacer nuestro propio sueño con los medios con los que contamos.